Una obra de arte que homenajea a la clase trabajadora

Un momento bisagra en la historia de la humanidad; un horizonte revolucionario; un mundo, una sociedad en constante transformación. Las grandes crisis generan duras guerras. Las guerras provocan levantamientos sociales de gran magnitud. Y Rusia vivía un proceso histórico totalmente convulsionado. Una dictadura contra el pueblo perpetrada por el zarismo, una tiranía que dominaba uno de los países más grandes del mundo en extensión.

Existe una obra musical que transmite los símbolos que mejor representan a los sectores más oprimidos, a los trabajadores, a los protagonistas del embrión revolucionario que sacudió al planeta a principios del siglo XIX en la fría y lejana Rusia.

Los cotidianos ruidos de las fábricas que funcionaban como podían, las campanas y el paso del ferrocarril, representaban a un país sumergido en una tormenta; mientras todos los días se oía el estallido de bombas, y tanques y aviones de guerra. Esos sonidos se mezclan en la “Sinfonía de las sirenas”, del ruso Arseni Avraamov, quién en 1922 produjo un impecable trabajo artístico para transmitir el estallido social sin precedentes que sucedía en la Rusia revolucionaria.

Avraamov produjo una creación donde lo bello rompe con las tradicionales sinfonías académicas, y de esta forma se acerca al pueblo, a los mismos protagonistas que tomaron el poder en 1917. Sonidos simples, mundanos, fieles representantes de lo puramente plebeyo.

Dentro de esa simpleza, se percibe un gran acierto del artista. Se cuelan himnos históricos como La Internacional, considerada el himno internacional de los trabajadores; y La Marsellesa, actual himno de Francia, apuntado como una marcha de contenido bélico, un punto de controversia contra regímenes autoritarios. Una hermosa combinación de voces de coro junto a los sonidos de la cotidianeidad que invadía al país.

Esta representación musical de sentimientos fue presentada primero en 1922 en Bakú, y en 1923 en Moscú, siempre un 7 de noviembre, día que se conmemora un nuevo aniversario de la revolución rusa de octubre.

Arseni Avraamov desplegó también el sonido de las marchas en fila de los solados del poderoso Ejército Rojo. En un momento se puede apreciar en la obra un sonido fúnebre, que sorprende; pero que conmemora a los soldados revolucionarios caídos en plena guerra civil.Arseni Avraamov - La sinfonía de las sirenas. Rusia, 1922, 1923 

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