El colectivo de la Comunidad Sorda Argentina y las disputas culturales en la actualidad
Introducción: una misma palabra, dos
mundos diferentes
No se necesita un conocimiento especial a la hora de clasificar a una
persona como discapacitada. Pero, ¿Qué significa ese término? ¿Tiene una fecha
de origen? Tales preguntas poseen una sencillez aparente, pero no si se logra
aclarar un contexto para su análisis. La expresión discapacidad tiene un
significado técnico que remite, en las personas, a la pérdida o falta de
capacidad en algunos de los cinco sentidos o para realizar algún movimiento corporal.
Sin embargo lo que resulta interesante de la palabra discapacidad es su
uso, tan naturalizado e internalizado en la sociedad, que no deja lugar a
cuestionamiento alguno. Es parte acrítica de la cotidianeidad. Desde niños las
personas son formadas y educadas para desenvolverse en el mundo social, el de
las responsabilidades laborales, económicas y familiares, etc. Es ese mundo de
la vida social impuesta por un sistema social, político y económico; el
capitalismo. Aquél que consagra el crecimiento social a partir del desarrollo
individual. Aquella instrucción temprana también indica que ante la presencia
de una persona “discapacitada” se trata de actuar distinto a lo “normal”, ya
sea colaborando con su desplazamiento, cediendo un asiento en un lugar o
transporte público, etc.
Las Personas Sordas conviven permanentemente, a la vez que confrontan,
con las categorizaciones impuestas por el paradigma de la medicina tradicional.
Este modelo se apoya en una idea de “normalidad” y sus acciones tienen como
objetivo detectar los “problemas” patológicos y buscar la cura, que no es otra
cosa que la oralización y la normalización auditiva, para que logren insertarse
a ese mundo de las “personas normales”. Pero aquí tampoco existe un
cuestionamiento del paradigma de la “normalidad”.
¿Quién o quiénes dicen que implica ser alguien “normal”? ¿En qué se
diferencia una Persona Sorda de una Persona no sorda? Esa gran pregunta es el punto
de partida de la presente investigación, que tiene como objetivo romper con las
ideas impuestas de normalidad y dar a conocer a una Comunidad, a un colectivo
social y cultural: la Comunidad Sorda se autodenomina como una minoría
lingüístico cultural. Y a partir de su idioma natural, la Lengua de Señas, es
que transmiten e intercambian su cultura, sus apreciaciones del mundo y su
intento por desplazar las barreras comunicativas que le son impuestas desde el
mundo de las cosas “normales”.
La Comunidad Sorda de Argentina como
colectivo social y cultural
Más allá de lo que el paradigma médico dice, las Personas
Sordas encuentran varias dificultades en cuanto a lo que reconocimiento de
derechos se refiere. Por un lado está el planteo de la medicina, por el cual se
llega a la conclusión de que los Sordos sufren una pérdida de la audición
(hipoacúsicos), por lo tanto su discapacidad los hace diferentes, los hace,
también desde el sentido común, distintos a la idea impuesta normalidad. Pero, por su parte, existe la denominada Comunidad
Sorda, que se conforma como respuesta a una demanda muy sentida, que tiene que
ver con las barreras comunicativas que le son impuestas a los mal denominados
“discapacitados” en cuestión. Son denominados “discapacitados” por solo hecho
de comunicarse con otra lengua, la Lengua de Señas; distinta a la lengua
hablada de la persona oyente. Según el paradigma médico esto los hace
“diferentes” a la normalidad. Pero más adelante se desarrollará en ese sentido.
Las búsquedas individuales por derribar las
vallas de comunicación se colectivizan, y adquieren una fuerza que las
convierten en un fenómeno social. En otro pasaje de la presente investigación
se detallará sobre la conformación de la Confederación Argentina de
Sordos y, a nivel local, de la Asociación de Sordomudos de La
Plata, que son la expresión material del fenómeno social al que este ensayo
pretende dar a conocer.
El máximo organismo a nivel nacional que contempla el desarrollo de la
Comunidad Sorda y la pelea por sus derechos es la Confederación Argentina de
Sordos (CAS). En distintas provincias argentinas hay asociaciones de sordos,
algunas están afiliadas a la CAS y otras no; pero forman parte del gran
colectivo que es la comunidad sorda de nuestro país.
La conformación de la Asociación de Sordomudos de La Plata (ASLP) data
del año 1941, cuando un pequeño grupo de tan solo 26 personas decidió que debía
haber una entidad que los representara. Fue la primera de la provincia de
Buenos Aires, de hecho se llamó Asociación de Sordomudos de la Provincia de
Buenos Aires, y su fundación se aprobó el 19 abril de 1941. La perduración de
esta naciente pequeña institución se basó en la integración social y deportiva
de las personas sordas, con la realización de diversas actividades para atraer
a otras personas. A lo largo de los años, la sede de La Plata fue cambiando su
ubicación física. Pero lo más importante es que se sostuvieron el tiempo,
crearon su comisión directiva y desde hace más de 50 años que tiene personería
jurídica. En sintonía con la CAS, el principal motivo de permanencia y
consolidación de la entidad como representación concreta es su filosofía como
comunidad: el diseño de proyectos que
eliminen las barreras de comunicación y la falta de accesos a los ámbitos de la
vida cotidiana de la comunidad sorda; la difusión de la cultura de la comunidad
sorda en la sociedad en general; la pelea por mejorar la calidad de vida de las
personas sordas. Como principales puntos de su objetivo se encuentran: en
referencia al aspecto lingüístico lograr el reconocimiento de la Lengua de
Señas Argentina (LSA), como la lengua natural de la Comunidad Sorda de nuestro
país. Con respecto al aspecto social, defender a la Comunidad Sorda como
minoría lingüístico-cultural en distintas áreas de la sociedad y mejorar el
acceso a la información y a los distintos servicios, ya sean públicos o
privados. Por último en el ámbito educativo, los objetivos son innovar la
educación bilingüe-bicultural de las personas sordas y la pelea por lograr el
acceso de las personas sordas a todos los niveles educativos. Las siguientes
palabras conforman la lista de valores que definen a la entidad platense:
trabajo en equipo; honestidad; responsabilidad; excelencia; respeto; equidad;
paciencia; espíritu de servicio; calidad; compañerismo; compromiso;
accesibilidad.
La ASLP posee una comisión directiva compuesta por 14
miembros y sus actividades se organizan por áreas. Ellas son el departamento de
lengua de señas, educación y cultura; el de deportes; de eventos sociales; de jóvenes;
y el turismo.
Marcelo es coordinador del Área Comunidad de la Mutualidad Argentina de
Hipoacúsicos. Plantea que la misión
como institución es ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas
hipoacúsicas, poniendo a su alcance todos los adelantos científicos y
tecnológicos necesarios para favorecer su plena integración social. En ese
sentido detalla una gran cantidad de recursos de los que dispone la
organización para favorecer la integridad de las Personas Sordas. La salud
también, a partir de equipos médicos, de fonoaudiólogos y demás especialistas.
Además lo social, con actividades deportivas y recreativas.
Gabriel es una Persona Sorda. Trabaja de
empleado de comercio en la sucursal de la localidad de Ringuelet de la cadena
de hipermercados Carrefour. El siente la vida como normal. Tiene que meterse
más de lleno, ya que no participa activamente de la ASLP. Pero si ve que existe
una preocupación por el no reconocimiento de la LSA. También ve la falta de
intérpretes, porque no hay en las universidades por ejemplo, y ellos tienen
derecho a estudiar. Tampoco hay en los hospitales. Opina que todos debemos
levantar la bandera a favor de una ley que implemente la LSA en los distintos
ámbitos.
Ayelen es intérprete de lengua de señas.
Ella se define como puente entre las Personas Sordas y la sociedad en general.
Conoce la lengua, la aprende permanentemente, la estudia. Su motivación pasa
por querer contribuir con la justicia, con la igualdad en cuanto
al acceso. “El intérprete contribuye
a colaborar con el acceso y la circulación”,
dice ella. En cuanto a la relación entre su vida y la vida del Colectivo de
la Comunidad Sorda, plantea: “Es una ida y vuelta. Un diálogo, un intercambio.
Para mi es muy enriquecedor tener acceso a un mundo tan distinto, a una lengua,
una cultura y una forma de percibir el mundo tan distinta, que a mi
personalmente me enriquece artística, culturalmente, y en muchos otros puntos
más. A la vez que contribuyo con esta accesibilidad”.
A nivel general, se trata de la colectivización de personas que integran
una comunidad minoritaria, que es la Sorda, y que se comunican y relacionan con
una lengua de señas. Se oponen a la categorización de discapacitados, ya que su
lengua es un patrimonio cultural y reconocida por la Convención Internacional
sobre los Derechos para Personas con Discapacidad. Tienen su propia cultura, su
forma de interpretar el mundo. Tienen su propia visión del mundo.
Existen desde ya muchos límites y contradicciones. Por ejemplo si bien
en el último tiempo se ha ido consolidando la actividad de las diferentes
Asociaciones de Sordos de todo el país, aun lo siguen haciendo de forma aislada.
Pero sin embargo las tecnologías relacionadas con Internet han posibilitado un
salto en calidad muy importante a la hora de su visualización y comunicación
con personas oyentes.
Las Personas Sordas en los medios
Desde hace varios años que se viene poniendo en debate, en Argentina, el
problema de cómo resolver las dificultades con las que conviven las Personas
Sordas. Tanto los especialistas en el tema como la mayoría de los medios de
comunicación coinciden en que el factor comunicativo es la principal traba que
lleva consigo la Persona Sorda para desenvolverse en la sociedad.
Los medios, sobre todo portales web, se han preocupado por difundir
distintas entrevistas a representantes de la Comunidad Sorda, a expertos en el
asunto y también por dar a conocer proyectos legislativos de interés en la
materia. Por ejemplo el año pasado, durante el mes de noviembre, se aprobó en
la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires un proyecto, presentado
por Vanesa Zuccari (UCR-Cambiemos) para que se incorpore la LSA en los
institutos de formación docente de la provincia de Buenos Aires. Por su puesto
que esa iniciativa fue informada por algunos portales digitales.
Si bien en muchas ocasiones el desconocimiento ayuda a no tomar un
posicionamiento claro en algún tema o a tener una postura equivocada, el hecho
de informar un hecho o una situación no convierte al medio en actor neutral.
Más aún tratándose de una temática cargada con tan altos grados de sensibilidad
como lo es la Comunidad Sorda. Y durante el tratamiento de esas informaciones
se ven claramente las dos miradas sobre la caracterización de una Persona
Sorda, aunque no en demasía pero efectivamente existen diferencias. Diferencias
que son conceptuales pero también de sentido, que forman y disputan sentido. El
diario La Nación publicó el 14 de mayo de 2011 una nota sobre un proyecto de
ley que se presentó en ese entonces para que las escuelas bonaerenses tengan la
LSA como asignatura obligatoria. Otra información fue circulada por Clarín, en
donde se hace referencia a la aprobación de la Legislatura bonaerense de un
proyecto para que los empleados estatales aprendan el idioma de las Personas
Sordas para facilitar la atención a éstas ante sus demandas en cualquier
oficina o secretaría pública.
El enfoque que muestran estos y otros medios es la referencia a las
Personas Sordas como personas con discapacidad auditiva. Es decir que parten de
una patología que hace que las algunas personas estén aisladas, por lo cual es
necesario el aprendizaje de la LSA por parte de oyentes a fin de conseguir la
integración de las Personas Sordas a la
sociedad “normal”. Pero hay otros portales que profundizan un tanto más
la cuestión y se encargan, por ejemplo, de interrogar a Personas Sordas que
forman parte activa de organizaciones. En este caso la agencia Télam realizó
una publicación especial el 18 de septiembre del año pasado en conmemoración
del Día Nacional del Sordo (se celebra el 19 de ese mes), donde a partir de la
pregunta, ¿Y si le preguntamos a las
Personas Sordas por la inclusión?, desarrolló un testimonio que habla del
sentido de pertenencia a una comunidad, a un modo de ver el mundo. Lo mostró
como un factor identitario y cultural muy rico, yendo más allá del elemento
comunicativo en si mismo. En esta órbita hay otro testimonio, en otro medio,
que resalta que no se trata de sordomudos, ya que las Personas Sordas hablan,
en su idioma natural que es la LSA.
Por lo general desde los medios el punto de partida es la discapacidad,
la no capacidad para oír. De ahí la necesidad de la implementación de la LSA
para sortear las barreras de comunicación. Sin que eso deje ser válido, por
suerte también se hallan otras miradas complementarias que son fundamentales
para romper definitivamente con esa idea generalizada e impuesta desde la
medicina tradicional por décadas y décadas, de la Persona Sorda como una
materia manipulable, como un objeto que presenta una discapacidad que no le
permite pertenecer al mundo de lo habitual, de lo natural; y que por lo tanto
de lo que se trata es de tratarlo, para curarlo e insertarlo nuevamente a la
“común” sociedad.
Algunas conclusiones
necesarias
Habiendo dado cuenta de que, como se fue planteando a lo largo de este
ensayo, una simple palabra como discapacidad remite a varias interpretaciones,
resulta muy importante conocer esas interpretaciones. Si bien en algunos puntos
se complementan, esto no quita que resultan de procesos sociales, donde hay
discursos y sentidos contrapuestos, y que se diputan entre si. Por ejemplo si
se busca en Internet sobre cuántas Personas Sordas hay en Argentina, las
primeras páginas que arrojan los resultados del buscador remiten a estadísticas
de discapacitados en general. Pero también aparece la plataforma digital de la
CAS, que en su portada aparece un video cuyo título es “Sordos: ¿Son
discapacitados o no?”. Los datos y noticias sobre la temática que se puede
encontrar en el gigante mundo de Internet también están signados por esa
disputa de sentido. Instrumentos legales hay a favor de la Comunidad Sorda
Argentina, como lo es la Ley 26.378 de ratificación de la Convención de
Derechos para Personas con Discapacidad por parte Argentina. Algunas leyes
provinciales también enmarcan un reconocimiento oficial para la LSA, pero no
así a nivel nacional; lo que se transforma en una de las principales peleas de
esta comunidad aislada. Los límites al acceso a la información y la
comunicación de las Personas Sordas son los garantes para que no puedan gozar
los plenos derechos como ciudadanos.
Por ello los comunicadores tienen en sus manos una herramienta
determinante para aportar a la pelea histórica de los sordos de nuestro país, y
del mundo. Anhelar por la igualdad de oportunidades de accesibilidad y poner en
sus manos un instrumento indispensable para expandir la cultura del colectivo
sordo y aportar en su desarrollo intelectual y humano.
Se trata de, ni más ni menos, que del derecho a la vida misma.
Enlaces
- http://aslp1941.org/
- http://cas.org.ar/old/
- https://528sordos-hipoacusicos.jimdo.com/
- https://www.mah.org.ar/la-mah/quienes-somos
-
https://www.clarin.com/sociedad/provincia-empleados-publicos-aprenderan-lenguaje_0_HkSD8KwXl.html
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